José Antonio Almazán Glz. 

A cambio de su traición y de avalar la privatización eléctrica, Martín Esparza Flores y su mafia sindical, familiares y allegados, recibieron liquidaciones millonarias a las que no tienen derecho conforme al CCT y a la LFT. Le entregaron inmerecidas pensiones de renta vitalicia para un puñado de allegados y familiares. La traición del ahora charro-empresario radicó en firmar el finiquito de un Pasivo Laboral de 80 mil millones de pesos que pertenece a 44 mil electricistas, a cambio de 42 predios, terrenos y deshuesaderos con un valor contable de 512 millones de pesos. A cambio de su traición Martín Esparza pactó la entrega, a una empresa eléctrica extranjera, de una concesión de aguas nacionales y los derechos de explotación del parque de generación de LyFC comenzando por Necaxa, violando lo establecido en el artículo 27 constitucional. Sin embargo, la propiedad de las concesiones para el aprovechamiento de las aguas nacionales siguen en manos de LyFC, mientras la CFE se quedó con la propiedad total de los bienes de LyFC. Los únicos beneficiados por la traición de Martín Esparza fueron él y la empresa MOTA ENGIL junto con su subsidiaria Generadora Fénix, de la cual el charro empresario forma parte del consejo de administración. El charro empresario firmó el acta de defunción del histórico Contrato Colectivo de Trabajo SME-LFC, uno de los más reconocidos en América Latina y en el mundo; canjeándolo por un contratito con apenas las prestaciones mínimas de la Ley Federal del Trabajo. A la fecha más de 12 mil cooperativistas siguen sin empleo y decenas de miles de electricistas reclaman ¡Trabajo y Justicia!